EL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL MUNDO Y EN MÉXICO

EL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL MUNDO Y EN MÉXICO

Lucía Guadalupe Matías-Ramírez

Subdirectora de Riesgos por Inundación, Centro Nacional de Prevención de Desastres

De acuerdo con diversas fuentes, el cambio climático es un hecho y se tiene cierto nivel de predictibilidad sobre sus efectos. Puesto que la infraestructura deberá hacer frente a dichos efectos para salvaguardar a la población que la ocupa –lo que se conoce como resiliencia–, la información climática presente y proyectada es de especial interés para los constructores.

El clima de la Tierra ha cambiado y evolucionado desde siempre. Estas modificaciones se deben a causas naturales, pero otras más recientes son atribuidas a actividades humanas como la deforestación y las emisiones atmosféricas. Por ejemplo, la industria y el transporte han hecho que se acumulen en la atmósfera diversos gases y aerosoles, conocidos como gases de efecto invernadero (GEI) porque retienen el calor y elevan la temperatura del aire cerca del suelo. La cantidad de tales gases ha aumentado durante la era industrial, debido al crecimiento económico y demográfico (UNFCCC, 2006).

Los efectos del cambio climático por el incremento de la temperatura ya se observan en los sistemas naturales y humanos de todo el mundo, y es muy probable que se multipliquen (EIRD, 2008). El cambio climático constituye un factor implícito que aumenta el riesgo de desastres; los eventos climáticos extremos ocurren con mayor frecuencia e intensidad y en algunas ocasiones se traducen en desastres, que a su vez ponen a prueba la capacidad de adaptación y la resiliencia de los países. Reducir el riesgo significa minimizar los daños debidos a los peligros naturales a través de estrategias de prevención que disminuyan la vulnerabilidad y aumenten la capacidad de adaptación de las comunidades (UNISDR, 2019).

Impactos globales de cambio climático

En el tercer informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (PICC) en 2001, se señalaba que había indicios más firmes de que la mayor parte del incremento de temperatura observada en los 50 años anteriores se debía a las actividades humanas, y de que la influencia del ser humano seguiría modificando la composición de la atmósfera durante el siglo XXI.

Mientras tanto, en el quinto informe de evaluación del PICC (2013) se mencionó que existe un calentamiento en el sistema climático desde la década de 1950. Muchos de los cambios observados no han tenido precedentes en los últimos decenios e incluso milenios. La temperatura de la atmósfera y el océano se ha incrementado, los volúmenes de hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de GEI han aumentado de manera significativa.

Es probable que, para finales del siglo XXI, la temperatura global en superficie se incremente 1.5 °C en comparación con el periodo 1850-1900 (véase figura 1).

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Figura 1. Diferencia de la temperatura media global desde 1850.

Fuente: OMM, 2018.

La tendencia al calentamiento se mantuvo en 2018, año en que la temperatura media del planeta fue la más elevada. De los 20 años más cálidos de los que se tienen datos, en los últimos cuatro se han registrado los mayores niveles (OMM, 2018).

El PICC señala en su último reporte (2018) que debe limitarse el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a niveles preindustriales, y continuar con los esfuerzos para limitar aun más ese incremento a 1.5 grados centígrados.

Con respecto al presente, los riesgos debidos a un incremento de 1.5 °C serían grandes. Entre ellos estarían los relacionados con: a) la biodiversidad y los ecosistemas; b) incendios; c) especies invasoras, y d) salud, medios de vida, seguridad alimentaria, disponibilidad de agua y crecimiento económico. Todos dependen de la ubicación geográfica, la vulnerabilidad y las medidas de adaptación y mitigación.

Por otra parte, si la temperatura llegara a incrementarse en 2 °C en vez de 1.5 °C: a) el estrés hídrico sería 50% mayor; b) el riesgo de sequía aumentaría; c) se esperarían mayores precipitaciones en latitudes  altas, regiones elevadas en el oriente de Asia y de Norteamérica y en zonas afectadas por ciclones tropicales; d) a consecuencia de la precipitación, habría mayores superficies inundables; e) se esperaría que el nivel del mar subiera 0.1 m; f) el crecimiento económico de los países tropicales y del hemisferio sur se vería afectado, y g) crecerían los retos de adaptación en ecosistemas, alimentación y salud.

Dicho informe es una llamada de atención sobre los enormes desafíos, pero también sobre los beneficios de limitar el calentamiento global a 1.5 °C. En el documento se afirma la necesidad de que las emisiones netas de dióxido de carbono lleguen a cero en 2050. Al ritmo actual, el planeta llegará al calentamiento de 1.5 °C entre 2030 y 2052. Por lo anterior, urge que las reducciones en las emisiones de GEI tengan un alcance real y se inicien de inmediato. Una de las posibles consecuencias del cambio climático es que en 2100 el nivel global del mar sea de entre 26 y 77 cm superior al del periodo de referencia (1986-2005) con un aumento de la temperatura de 1.5 °C, aproximadamente 10 cm inferior al que se tendría con un calentamiento global de 2 °C, lo que significaría que 10 millones de personas menos estarían expuestas a impactos asociados, como intrusiones de agua salada, inundaciones y daños en la infraestructura.

En función de las futuras condiciones socioeconómicas, con la limitación del calentamiento global a 1.5 °C en lugar de 2 °C podría reducirse hasta en 50% la población expuesta a escasez de agua debida al cambio climático.

Por otra parte, en el cuarto Reporte Nacional del Clima de los Estados Unidos de América (USGCRP, 2018) se menciona que el clima del planeta está cambiando más rápido que en cualquier otro momento de la historia, principalmente como resultado de las actividades humanas. Esto crea nuevos riesgos, exacerba vulnerabilidades existentes en las comunidades y presenta desafíos para la salud y la seguridad humana, la calidad de vida y la tasa de crecimiento económico.

La política nacional de cambio climático

México ha reconocido que la acción global frente al cambio climático es ineludible e impostergable. En las negociaciones internacionales mantiene una posición coordinada para limitar el incremento de la temperatura a 1.5 °C, que permita transitar hacia un país resiliente y sostenible y a un desarrollo bajo en emisiones. En este contexto, nuestro país ha elaborado una serie de instrumentos para tener una visión de corto y largo plazo sobre la ruta a adoptar frente al cambio climático en la planeación nacional; algunos ejemplos relevantes son:

  • La Ley General de Cambio Climático elaborada en 2012 y reformada en 2018.
  • La Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, que está integrada por 14 secretarías de Estado y promueve la coordinación de acciones entre las dependencias y entidades de la administración pública federal en materia de cambio climático
  • La elaboración de seis comunicaciones nacionales ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en 1997, 2001, 2006, 2010, 2012 y 2018. La sexta comunicación proporciona una visión general y actualizada de los efectos y las perspectivas del cambio climático en México durante los últimos seis años, así como acciones realizadas en escala nacional para disminuir las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero, además de medidas de adaptación ante dicho fenómeno.
  • La Estrategia de Medio Siglo presentada en 2016 ante la CMNUCC. Es un referendo para dar cumplimiento al Acuerdo de París que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.
  • El sitio oficial México ante el Cambio Climático, una página desarrollada de acuerdo con las necesidades de información sobre cambio climático de la ciudadanía en general, educadores, tomadores de decisiones e investigadores.
  • El Fondo para el Cambio Climático, que tiene por objeto captar y analizar recursos financieros públicos, privados, nacionales e internacionales para apoyar la implementación de acciones orientadas a enfrentar dicho fenómeno.
  • La Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC) visión 10-20-40, publicada en 2013, que establece prioridades nacionales y regionales para enfrentar el fenómeno y transitar hacia una economía competitiva e incorpora el enfoque de género, reconociendo que todas las políticas climáticas, las estrategias de reducción de la vulnerabilidad y las de comunicación deben contener dicho aspecto.
  • El Programa Especial de Cambio Climático 2014-2018, que establece acciones y proyectos que la administración pública federal debe implementar en su periodo de gestión, las cuales están contenidas en la ENCC.

Impactos en México

México reconoce que es vulnerable a los impactos del cambio climático debido a su ubicación geográfica, relieve y condiciones socioeconómicas; por ello son urgentes las acciones y estrategias de adaptación. Se han detectado cambios por medio de análisis de tendencias históricas en las variables de temperatura y precipitación, así como en eventos climáticos extremos. La cantidad de lluvia no se modificó en el periodo 1960-2013, pero su distribución sí está cambiando en el territorio. También se presentan alteraciones en las temperaturas mínimas y máximas, las cuales muestran un incremento de noches tropicales y una disminución de noches frías en casi todo el país (véase figura 2). Además, hay variabilidad de los eventos extremos debido a las modificaciones en el clima, por ejemplo en su frecuencia, intensidad, extensión espacial y duración (Semarnat, 2018).

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Figura 2. Número de días con golpes de calor y de frío para las 30 zonas metropolitanas con población mayor a medio millón de habitantes, 1980-2009.

Fuente: Semarnat, 2018.

Algunas problemáticas asociadas al clima son:

  • Asentamientos humanos en zonas de inundaciones (véase figura 3)
  • Asentamientos humanos en zonas de deslaves
  • Población expuesta al incremento en la distribución del dengue
  • Vulnerabilidad de la producción ganadera extensiva ante inundaciones
  • Vulnerabilidad de la producción ganadera extensiva ante el estrés hídrico
  • Vulnerabilidad de la producción forrajera ante inundaciones
  • Riesgos de la infraestructura carretera ante deslaves
  • Amenaza a la distribución del bosque mesófilo
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Figura 3. a) Peligro por inundación (Cenapred); b) vulnerabilidad ante inundaciones (MACC).

Para frenar los impactos del cambio climático existen medidas adaptativas, como sistemas de alerta o advertencia; creación y fortalecimiento de capacidades; leyes, lineamientos y normatividad; sistemas de información; planificación, gestión e instrumentos de política pública; estudios y diagnósticos; sistemas de observación y monitoreo; financiamiento y aseguramiento, e investigación aplicada y tecnología.

México ha generado proyectos exitosos de implementación de acciones de adaptación que incluyen la participación comunitaria y el enfoque de género, de lo cual se han aprendido lecciones y buenas prácticas.

Conclusiones

Existen diversos estudios sobre los cambios observados en el sistema climático; en ellos se concluye que la atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve han disminuido y el nivel del mar se ha elevado, entre otros puntos. Urge tomar acciones de mitigación y adaptación ante dicho fenómeno, ya que cuanto más nos demoremos, más difícil resultará y mayor será el costo. Por ejemplo, es necesario fortalecer los sistemas de alerta temprana para proteger la vida de las personas ante fenómenos climáticos extremos, con enfoque de género y de derechos humanos, así como apoyarse en la ciencia y la tecnología para orientar las transformaciones necesarias para el desarrollo sostenible del planeta, pero sobre todo incluir a los gobiernos locales, que poseen un papel prioritario en la adaptación al cambio climático en el ámbito local. Ante las consideraciones climáticas, es clave integrar los aspectos diversos de la sociedad, como infraestructura, salud y ecosistemas, con el fin de lograr sinergias para cumplir diversas metas del desarrollo local.

Sector Público

Referencias

Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de la ONU, EIRD (2008). El cambio climático y la reducción del riesgo de desastre.

Geim, A. K, Y K. S. Novoselov (2007). The rise of graphene. NatureMaterials 3(6): 183-191.

México ante el Cambio Climático. Mapa de vulnerabilidad a inundaciones. Disponible en: https://cambioclimatico.gob.mx/herramientas/Vulnerabilidad_Inundacion.html

Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, UNISDR (2019). Protocolo parlamentario para la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático.

Organización Meteorológica Mundial, OMM (2018). Declaración núm. 1212 sobre el estado del clima mundial en 2017.

Stocker, T. F., et al. (Eds.). Cambio climático 2013: Bases físicas. Resumen para responsables de políticas. OMM, PNUMA.

PICC (2018). Global warming of 1.5 °C. Summary for policymakers. Suiza.

Programa de Investigación sobre el Cambio Global de Estados Unidos, USGCRP (2018). Fourth National Climate Assessment. Vol. II, Impacts, risks, and adaptation in the United States.

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Semarnat (2018). Sexta Comunicación Nacional y segundo Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Ciudad de México: Comisión Intersecretarial de Cambio Climático-Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.

Fuente: Texto publicado en la Revista Mexicana de la Construcción RMC 639 Junio 2019, página 54-59. https://issuu.com/helios_comunicacion/docs/rmc_639

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